Marisol Castro asegura que esta tendencia, efecto pandemia, podría dar un impulso adicional a la industria. La estrategia sería intentar desplazarse hacia mercados especializados, incluidos los viajes de aventura y de salud y bienestar.
Innovación y colaboración son dos aspectos clave que permitirán avanzar hacia la recuperación del turismo y la confianza de los viajeros, tras dos años de panemia, lo que afectó severamente a esta industria.
Así lo planteó Marisol Castro Romero, directora de la carrera de Administración Turística Multilingüe de la Universidad de Playa Ancha (UPLA), al referirse a cómo el sector debería afrontar los efectos que generó el COVID-19.
“Es necesario tener un plan para una recuperación, involucrando al sector público, el sector privado, la sociedad civil y otros asociados, y prepararse para cambiar los modelos comerciales y las estructuras de gestión para satisfacer una demanda nueva y diferente. A corto plazo, será importante comunicar claramente las acciones para recuperar la confianza de los inversores y los consumidores. A largo plazo, también será fundamental fortalecer la sostenibilidad y la resiliencia, y distribuir los beneficios de manera más equitativa”, dijo la académica.
Agregó que estos enfoques pueden revitalizar el sector turístico mundial, aprovechando su poder de creación de mercados para apoyar las economías, generar empleos e impulsar resultados de desarrollo que den prioridad a las personas y a sus comunidades.
QUÉ OCURRIÓ
Marisol Castro precisó que el turismo es una de las industrias más afectadas por la crisis provocada por la pandemia. Esto se graficó en una profunda disminución de los viajes internacionales, lo que provocó la pérdida de alrededor de 1,3 billones de dólares en ingresos por exportaciones, superando en 11 veces la cantidad que se perdió durante la última crisis económica de 2009. Se pusieron en riesgo entre 100 millones y 120 millones de empleos en el sector del turismo, muchos de ellos en pequeñas y medianas empresas.
Por lo anterior -dijo- la gran preocupación para los países es generar medidas que emprendan la recuperación. El turismo, impulsado por los sectores público y privado, no solo es una fuente de divisas esencial, sino que tiene el potencial de servir como una herramienta de desarrollo para fortalecer las cadenas de suministro, mejorar la productividad de las empresas locales, crear 1 de cada 10 puestos de trabajo y generar ingresos para las mujeres y los jóvenes.
Recordó que, en el caso de Chile, 2019 había sido escenario de un estallido social, cuyos efectos en el turismo habían ocasionado una brusca reducción de turistas internacionales, generado una sensación de inseguridad para los viajes internos. En este contexto, las autoridades y los empresarios del sector turismo se preparaban para asumir el desafío de impulsar una intensa campaña de promoción orientada a recuperar la demanda. A este escenario se suma los efectos de la pandemia donde el turismo es y continúa siendo uno de los sectores más perjudicados. Comenta que entre los efectos, está la cancelación de las reservas hoteleras y el cierre de algunas empresas turísticas. En otras palabras, las actividades de alojamiento, alimentación y tour operadores han sido las más golpeadas por la crisis sanitaria. Por otra parte, están los efectos sobre el empleo, principalmente el despido de los trabajadores del sector. Respecto a la tipología de turismo más afectado, sostuvo que fue el de vacaciones y de reuniones.
Las consecuencias descritas para la escala nacional son los que también afectan a la Región de Valparaíso, lo que se resume en una fuerte crisis económica para el sector turístico debido a la significativa disminución de la llegada de turistas tanto nacionales como internacionales. Por ello -adviertió la académica- es posible que la crisis sanitaria impulse nuevas formas de hacer turismo.
“El sector es resiliente y tiene la capacidad de adecuarse a las exigencias del entorno. Por tanto, se prevé un desplazamiento hacia el ecoturismo o turismo de naturaleza y al turismo rural -un sector en rápido crecimiento que se centra en la conservación del medio ambiente, la cultura y la creación de empleo local- lo que podría dar un impulso adicional a la industria. La estrategia es que el país intente desplazarse hacia mercados especializados, incluidos los viajes de aventura y de salud y bienestar. Es decir, un turismo focalizado en el sector nacional”, afirmó Marisol Castro.
Finalmente, asegura que la tecnología también puede desempeñar un papel importante. Puesto que es probable que el distanciamiento social y los protocolos de salud e higiene sigan vigentes durante el futuro previsible, la prestación de servicios sin contacto y las inversiones en tecnología digital podrían tender un puente hacia la recuperación.