En corto tiempo Rafael Pacheco Solís, pasó de floricultor a dirigente, Concejal de Hijuelas y ahora emprendedor con su línea de detergentes propios que los vecinos bautizaron como súper RA.
Conocida como la capital de las flores, la comuna de Hijuelas se ha visto altamente afectada por las restricciones sanitarias aplicadas en el país durante el crítico periodo de pandemia del Covid – 19. A los prolongados periodos de cuarentena, se sumó el cierre al público de todos los cementerios, lugares en donde la venta de flores se mantenía en forma constante durante todos los años, con énfasis en torno al 01 de Noviembre.
Fechas emblemáticas como el día del amor, el día de la secretaria o las ceremonias de licenciatura, marcaban un notorio incremento en la venta de flores y en pandemia estas fechas pasaron inadvertidas.
En medio de esta crisis, un hijo de esta comuna asume múltiples desafíos con el propósito de sacar adelante a sus vecinos y hacer frente a la amenaza de trágicas consecuencias que traía el coronavirus. Así lo relata Rafael Pacheco Solís, quien nos cuenta que la labor de ayudar, de ser cercano al prójimo es un tema que viene de familia. “Mi madre siempre me inculco que todos somos iguales y todos tenemos que tener respeto por los demás y eso mismo me llevo una temporada corta que fui concejal, por la renuncia de una concejala, asumí y me toco toda esta temporada de Covid en la comuna en donde gracias a Dios pudimos salir adelante, organizamos estas cuadrillas de tractores que sanitizaban Hijuelas dos veces por semana, casi por un año completo, organizamos también la llegada de ayuda de verdura”.
Rafael con el apoyo de particulares, hacían estas cajas con verduras, porque la gente recibía su caja de mercadería, pero la verdura era esencial para cocinar en las casas.
La tarea de sanitizar
Sanitizar los hogares se hacía necesario, sobre todo cuando se detectaba un caso con PCR positivo y ahí estaba Rafael, con su traje y maquina especial. “Aquí todos saben en Hijuelas que casa con Covid que estaba, estaba Rafael ahí sanitizando, a lo mejor alguna puede haberse quedado afuera, pero eran muchas las casas en donde tuvimos que sanitizar, hacer una tremenda campaña para que la gente se cuidara y fue un tiempo bien crítico para todos y sobre todo también para Hijuelas”, agrega.
Somos frágiles
La pandemia del Covid-19 nos sirvió para ver que somos frágiles, muchas veces como humanos pensamos que somos omnipotentes y ahora nos dimos cuenta que llego esta pandemia, saco lo mejor y lo peor de nosotros, reflexiona Rafael Pacheco. “Gracias a Dios mucha gente me apoyo, pudimos sacar adelante mucha gente y ojala no pasar nuevamente por estar encerrados en las casas. A mucha gente le toco vecinos muy buenos, amigos que los apoyaron, pero también hay gente que la paso muy, muy mal, así que espero que esto cada día mejore y que sigamos con los cuidados y que ya esta pandemia sea parte de la historia y que ya no aparezca más”, señala.
Pandemia impactó a floricultores
Desde el estallido social de octubre del 2019, los floricultores del país y en especial de Hijuelas, venían con muy bajas ventas que se vieron reflejadas el 01 de noviembre, una de las principales fechas de venta para los floricultores. Rafael nos cuenta que a principios del 2020 se estaban recuperando y se encontraron con la pandemia de frente, que significo dar prioridad a los alimentos y por lo tanto las flores nunca fueron miradas como un producto esencial y paso a ser un elemento de adorno. Esto llevo al cierre de bodegas en Santiago, los hoteles, los cementerios y la venta de flores prácticamente quedo en cero.
Había que moverse
La crítica situación que enfrentaban los floricultores tanto de Hijuelas como de Longotoma, llevo a Rafael Pacheco a iniciar gestiones con parlamentarios de la zona, como el diputado Luis Pardo y logro llegar con las inquietudes de su golpeado gremio en forma directa a las autoridades de gobierno alcanzando un entendimiento.
Esto significo obtener un cogido de actividad económica en Comisaría Virtual al ser consideradas las flores como producto esencial, así también lograron el funcionamiento de las bodegas con ciertos protocolos para poder abrir y vender sus productos, y después de eso la apertura de los cementerios.
Con este trabajo conjunto con la asociación gremial de floricultores de Longotoma y asociaciones gremiales de Santiago, la apertura de cementerios en Chile fue una realidad y las flores por fin pudieron venderse. Además que los floricultores recuperaron la confianza y volvieron a sembrar flores. “Aquí prácticamente hubo un tiempo que no hubieron flores pero gracias a Dios se salió adelante, seguimos sembrando y seguimos adelante los floricultores de Hijuelas”, agrega Rafael.
Tiempo muy oscuro
Rafael Pacheco nos cuenta que hubo muchos floricultores que tuvieron cero ingresos en el periodo más crítico de la pandemia, floricultores que toda la vida han trabajado en este rubro que se resistieron a realizar otras siembras y seguían perdiendo su producción. Los floricultores acostumbraban llevar un pasar tranquilo y al llegar las ayudas del gobierno la gran mayoría no contaba con ficha de protección social o simplemente no calificaba por su bajo porcentaje de vulnerabilidad, lo cual no reflejaba la realidad de los floristas que ya llevaban meses sin ingresos. “Así que hubo que tener un trabajo de persona a persona y sacar adelante a los floricultores, pero en el camino quedaron muchos con quiebra y perdida, personas que tuvieron que vender su vehículos, fue un tiempo muy oscuro para los floricultores, no solo de Hijuelas, de Chile”, señala Rafael.
Siempre juntos y unidos
Uno de los conceptos que Rafael destaca de la pandemia, es que saco lo mejor y lo peor de nosotros. Una de las cosas que aprendió es que hay que estar juntos y unidos, y es así como también había que apoyar a los crianceros, porque aparte de la pandemia la zona sigue con el grave problema de la sequía, con cerros sumamente secos y crianceros con sus animales en corrales ya que tenían que bajarlos de los cerros para que no murieran de hambre. Ahora el problema estaba en sus casas y corrales, no tenían que darles para alimentarlos por falta de agua y forraje.
Fue así como trabajaron para que a los crianceros les llegara forraje, lograron fletes de camiones desde el sur de Chile con forraje de muy buena calidad. Rafael nos cuenta que “la gente compraba en ese tiempo colizas de doce mil pesos, de 20 kilos, en tanto por 24 mil pesos podía traer hasta 700 kilos de un forraje de primera calidad del sur de Chile, desde Puerto Montt y Osorno”.
Había que re inventarse
Al igual que muchos de sus amigos, Rafael Pacheco se vio en la necesidad de re inventarse en su actividad comercial. Es así como refloto una idea pasada y emprendió la producción de detergentes en su casa. “Ya tenía la formula, así que hice unos productos de limpieza, detergentes, lavalozas, limpia pisos y ahí me tuve que re inventar, porque también mis recursos se vieron limitados, tenía trabajadores que responder y tuve que re inventarme y crear esta gama de productos de detergentes que estaban tan de moda y ya llevamos prácticamente dos años firme en el mercado y feliz con mi producto”, nos contó.
Nace Súper RA
La producción de esta línea de detergentes y artículos de limpieza, partió como un complemento a su actividad de floricultor, sin embargo la positiva acepción que ellos lograron en corto tiempo, también genero una identidad de marca. Fue así como los propios consumidores lo bautizaron como “Súper RA” en alusión al efectivo resultado de cada uno de ellos y a la silaba inicial de su creador RAfael. “A mí me gustó mucho esto de innovar, de vender, me sirvió mucho que yo haya estudiado administración de empresas. Pensé que nunca iba a estudiar y ahora a mis 40 años, me recibí de administración de empresas en el CFT de La Calera, así que me sirvió mucho los estudios para innovar y hacer este producto, y sacar adelante a mi familia y a mi gente”, señala Rafael Pacheco.
Calidad a bajo precio
Para entrar al mercado de los detergentes, este innovador floricultor, tuvo que investigar las necesidades del mercado y se dio cuenta que los detergentes eran muy caros en los supermercados y que él podía fabricarlos. Para ello se dedicó a estudiar, se asesoró con empresas químicas de Santiago, hizo unos cursos y llego a este negocio. “Me di cuenta que el detergente es como el pan, todos los días hay que lavar, todos los días se necesita, así que era un producto que tenía una alta demanda, pero su precio era elevado”, agrega Rafael.
Es por esta razón que se dedicó a investigar para poder sacar un producto de buena calidad, amigable con el medio ambiente y a un precio alcanzable para todo bolsillo.
No hay que bajar los brazos
Rafael Pacheco, que en este periodo de pandemia ha sido protagonista de varias experiencias tanto para apoyar a sus vecinos de Hijuelas, como para sacar adelante a su familia, reflexiona que hay rubros que todavía tienen muchos problemas, pero dice que hay que tener fe, la cabeza fría, para ver lo que está pasando en el mercado, para ver las necesidades que tenemos en un país en donde la libertad es lo primordial. “El que quiere trabajar y tiene una idea, va a salir adelante, va costar. Ser independiente o ser una Pyme es un esfuerzo triple o muy grande para la persona, para la familia, pero yo soy una agradecido de este país donde uno con empeño, con ganas y con esfuerzo puede salir adelante”, manifiesta.
Rafael nos invita a no bajar los brazos, ver qué cosas que podemos hacer, cuidándonos para salir adelante. “De una u otra forma el trabajo recompensa y yo soy un convencido y así ha sido mi vida, que el trabajo siempre me ha recompensado. Con altos y bajos, pero lo que uno busca como humano es vivir dignamente sin que le falte nada a la familia”, concluye.