15 niños y jóvenes de Quillota accedieron a clases de Surf Inclusivo durante enero y febrero en la academia Freesport de la playa La Boca en Concón.
Durante todos los miércoles del verano, un grupo integrado por 15 niños y jóvenes de la comuna, junto a sus padres y profesionales de la municipalidad viajaron a playa La Boca en Concón para vivir una nueva y gran experiencia en el mar, a través de las clases de Surf Adaptado para personas en situación de discapacidad.
Este miércoles fue la última clase, donde además al final de ella los participantes pudieron compartir de una convivencia con los monitores de la academia, padres y funcionarios municipales en Sunset Café de La Boca, que facilito sus dependencias para compartir.
En los dos meses de trabajo “la evaluación del proyecto es super positiva, logramos incluir a varios jóvenes” comentó el kinesiólogo de la municipalidad de Quillota, Gonzalo Varela, quien hizo el contacto con la academia Freesport, quienes se especializan en el surf adaptado.
En este sentido Varela hizo énfasis en que lo más importante es que se logró “expandir la inclusión al medio acuático, pudimos sacar el tabú del peligro del mar, ellos disfrutaron y se educaron”. Así mismo se manifestó María Fernanda Pinto kinesióloga y monitora de Freesport quien comentó estar muy contenta con los resultados y la experiencia en sí, señalando que en el proceso de los chicos “no podría decir que fue rápido, porque acá uno va a su propio ritmo, pero sí lograron conocer el mar, respetarlo y tener el contacto con la naturaleza y el autocuidado con ellos mismos”.
Milena Villegas mamá de Alfredo Torres chico de 12 años con síndrome de down, agradeció mucho esta iniciativa pues es una “oportunidad de compartir de aumentar las habilidades sociales entre ellos y compartir con el medio ambiente, sobre todo el mar”, además al ser consultada por los avances de su hijo comentó que “le ha perdido el miedo al mar a atreverse hacer cosas, lo vemos el dia a dia y el ya se atreve, se mete a agua, juega en las piscinas también ha aumentado mucho su seguridad y la frustración también se ha manejado bien porque es repetitivo, si no le resulta la primera lo intenta hasta que la actividad el funciona”.
Por su parte el joven participante Javier Quiroz quiso compartir su experiencia comentando que lo pasó muy bien en el agua, que los miedos se fueron superando pues “cuando me caí en una parte del borde, no me asusté porque yo sabía nadar” agregando que “es entrete pasarlo bien con los compañeros”.
En tanto Luis Liberona, coordinador de la oficina de la discapacidad de Quillota, señalo que a «Ahora solo resta esperar que el buen clima nos acompañe, para ojalá en octubre retomar las clases y montar las olas de Concón, gracias al entusiasmo y motivación de participantes y sus padres».