Médicos de La Calera desmienten agresiones a enfermeras en Hospital Mario Sanchez



Profesionales se reunieron con el presidente del Colegio Médico Valparaíso y relataron su versión de lo ocurrido. Descartaron maltrato físico y verbal, reconociendo que sí existió una crítica al actuar de las enfermeras –que se encontraban en movilización– por descuidar la atención de una paciente grave pese a que, supuestamente, existían turnos éticos.

Una intensa reunión tuvo lugar en la sede del Colegio Médico Valparaíso entre los médicos del Hospital Dr. Mario Sánchez de La Calera, el presidente regional del Colegio, Dr. Juan Eurolo, y el presidente nacional del capítulo que los agrupa, Dr. Mauricio Cofré, en relación a la acusación que pesa contra dos de ellos por una supuesta agresión. El Colegio Médico considera un deber ser rigurosos en comunicar eventos de interés público y, como lo es en este caso, aclarar y señalar la verdad de los hechos, la que por cierto es diametralmente opuesta a la infundada denuncia de la que estos médicos han sido víctimas.

Los facultativos caleranos afectados relataron en detalle que la madrugada del 20 de agosto ingresó a la Urgencia una paciente adulto mayor en estado crítico, con hemiplejia izquierda y vómitos intensos, quien fue tratada por uno de los médicos, con apoyo de personal paramédico para las maniobras de reanimación e intubación.

Mientras realizábamos los procedimientos se avisó por teléfono a la enfermera de turno que había un paciente crítico y se les solicitó la colaboración técnica correspondiente”, explicaron. Cabe señalar que un grupo de funcionarios –entre ellos, los enfermeros– se encontraban movilizados desde hacía varias semanas, con turnos éticos para la atención de pacientes, por lo que cada vez que se necesitaba de una enfermera se debía hacer el llamado específico para la atención.

Al llamado del médico acudieron tres enfermeros. “Se les solicitó y preguntó quién de ellos acudiría al traslado en ambulancia, ya que la paciente se encontraba en estado crítico y necesitaba ser trasladada a la brevedad a nuestro centro de referencia (Quillota) en una ambulancia medicalizada, situación que contempla la participación conjunta de médico, enfermera y paramédicos en pro de otorgar la seguridad necesaria al traslado del paciente”. Los enfermeros presentes se negaron a acudir al traslado, sin argumentos éticos o técnicos que lo sustentaran.

Ante la negativa de acompañarlos, el médico reiteró su solicitud de manera enfática y con toda la carga emocional que suponía enfrentarse a una negativa injusta e infundada que, como se desprende, conspiraba en contra del grave estado de salud de la paciente.

Mientras el médico debió acompañar a la paciente a Quillota, un segundo médico –jefe de turno y jefe del Servicio de Urgencia– quedó a cargo de la posta. Al encontrarse con la enfermera jefe de Urgencia, el facultativo le pidió conversar respecto de lo sucedido con el traslado de la paciente a Quillota, sin obtener siquiera una palabra por respuesta de parte de la enfermera. No obstante ello, y por la gravedad de los sucedido, el médico acudió hasta su oficina y le hizo notar que “se negaron a cumplir una orden directa de un superior jerárquico (dado que, legalmente, en horario inhábil el cargo de director del hospital lo asume el médico de turno), además de hacer abandono de funciones”. Ambos profesionales tuvieron un intercambio de opiniones por la forma en que se estaba llevando la movilización de los enfermeros, descuidando la atención de pacientes pese a que, supuestamente, existían turnos éticos por parte de éstos. Sin embargo, el médico en cuestión –uno de los afectados por la falsa denuncia– fue enfático en señalar que “durante toda la conversación no hubo en ningún momento contacto físico y mucho menos agresiones, habiendo varias personas que presenciaron la situación y pueden dar fe de ello. Nunca hubo maltrato físico, de género ni verbal. Lo que sí debemos reconocer es que existió una crítica al actuar de dichos profesionales, más aún cuando con ello se apartan, paradojalmente, de sus propios argumentos gremiales”, señalaron.

Para el presidente del Colegio Médico Valparaíso, Dr. Juan Eurolo, lo sucedido reviste suma gravedad, dado que “se puso en peligro real la vida de un paciente en estado grave (hemorragia cerebral) por la actitud de desacato y no cumplimiento de un protocolo de atención de un paciente grave, a pesar de la expresa instrucción de quien era en ese momento el director del hospital y que además estaba efectuando una atención de urgencia”.

El Consejo Regional del Colegio Médico celebrado este miércoles acordó por unanimidad otorgar su total apoyo a los médicos de La Calera y puso a su disposición la asesoría gremial y también legal que sea necesaria. El Dr. Eurolo señaló además, que pedirán encarecidamente al director del Servicio de Salud Viña del Mar-Quillota, Dr. Jorge Ramos, “su intervención directa para evitar que se continúe denostando y amedrentando a los médicos de ese centro asistencial con conflictos artificiales que ya debieran estar superados, para restablecer y asegurar la debida atención de los pacientes”.

FUENTE: Comunicado de prensa del 20160825 del Colegio Médico Valparaíso

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